miércoles, 27 de diciembre de 2017

En Defensa de la "Chalaca"


¡Cuando en el Perú las mujeres se proponen algo, lo cumplen!

Las peruanas poseen muchas virtudes. Supieron alimentar, proteger y educar a sus hijos en las peores crisis económicas, como la de los años 80.

 Yo creo que más, enseñan a llamar a las cosas por su nombre 

En 1859, Charles Darwin publicó El origen de las especies, en el Reino Unido. Más acá en el Perú nace, el Lima Cricket Football Club, primer equipo peruano de fútbol y unos partidos más tarde, la “chalaca”. Es una mezcla de salto alto y patada, el último recurso después de un ataque y defensa,  un remate al arco pero de espaldas.

En sus inicios, el fútbol en el Perú fue practicado por inmigrantes británicos. El primer partido fue registrado el 3 de agosto de 1892, en el puerto del Callao, donde jugaron chalacos, limeños e inmigrantes ingleses. Es probable que la “chalaca” haya nacido en algún partido de aquellos años, mucho antes que Chile la adoptase y se atribuyera como su creador (“chilena”). Quizá su origen esté en el aprendizaje de nadar de los niños chalacos, dan la espalda a las olas inesperadas, corren y entran nuevamente. Quedándose de esta manera librados de la mar brava. Todo esto llevado al “deporte rey”, sería el verdadero origen de la jugada.

Ramón Unzaga, futbolista chileno de origen español, la introdujo en el Campeonato Sudamericano de Fútbol de 1916 y se popularizó en Europa por David Arellano, allá por el año 1927. La rápida difusión dio lugar a la denominación apócrifa de la jugada, la llamaron “chilena”, por la nacionalidad del futbolista y por la falta de información de la época.

Jorge Barraza, prestigioso periodista argentino, afirmó que, según sus investigaciones históricas y de relatos orales de finales del siglo XIX, la “chalaca” nació en el Perú y que la denominación “chilena” mal atribuida al país del sur, fue por su  mala difusión. La primera reivindicación peruana de la jugada, la realizó el futbolista arequipeño Juan Carlos Oblitas, en un partido Perú versus Chile (clásico rival), jugado en Lima por Copa América de 1975. Como no pudo ser de otra manera, el pueblo y la prensa local gritó al unísono: ¡gol de “chalaca”!, dejando bien claro su verdadero origen.

 Pienso, mientras disfruto de un plato de “cau-cau”, preparado por mi madre y digo: ¿Por qué las madres peruanas, no ponen una vez más las cosas en su sitio y enseñan a llamarla “chalaca”? 

La historia del Perú ha demostrado que, si se trata de defender algo, las peruanas lo saben. Supieron enseñarnos; en guerra y en paz, tal como lo demuestra la Procesión de la Bandera en Tacna (amor, pasión y devoción), el desfile de exenfermeras del conflicto de 1932 y 1941 en Iquitos y Tumbes. Las tacneñas no dejaron que se cambie de nombre a una parte de nuestra patria.

 ¡Enseñaron a llamar a las cosas por su legítimo nombre! ─

Creo que la defensa y reivindicación  de la “chalaca”, que también tiene nombre de mujer, está en manos de ellas. En tiempos de hoy, de redes sociales y demás, la enseñanza de madres a hijos, de llamar a la jugada por su verdadero nombre, sería una vez más, la prueba del cumplimiento de una promesa.

Estima lector:

 ¿No es hora de, que nos enseñen a decir “chalaca” y no “chilena”? 


¡A las mujeres del Perú!

© Por Alejandro Jáuregui.

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